Enero 2011: Los Espinillos sigue vivo |
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Escrito por Enrique de Goycoechea |
Jueves, 20 de Enero de 2011 14:44 |
Volvimos a este río increíble. Esta es nuestra primer experiencia mosquera del 2011 y la compartimos con todos los conmosqueros queridos ¿Que decir de este río, de este lugar, de esta porción del mundo que no haya sido dicho o escrito ya? No obstante, hacemos lo que podemos. Y mientras divago un poco y pienso como comenzar esta nota me estoy acordando de cierta conversación que tuve en Octubre del año dos mil con un integrante del grupo Los Espinillos. En el curso de aquella charla una frase me quedo grabada a fuego en la memoria: _todo lo que hacemos, me dijo, más allá de todo nuestro esfuerzo y sacrificio, es para darle, a lo sumo, diez años más de vida al río. Si bien es cierto que para un río cordobés, diez años hoy por hoy no es poco, debido entre otras cosas a una urbanización que avanza de manera desmedida y con escasa o ninguna planificación, recuerdo que esas palabras me provocaron una gran desazón; dejaron un dejo amargo en mi boca. Así es que con estos recuerdos dando vueltas en el aire emprendí el regreso a los Espinillos junto a Roberto y Diego el pasado 15 de Enero. Salimos de Córdoba bien temprano, porque la idea era aprovechar la mañana, ya que alrededor de las once el calor se hace sentir con fuerza, no sólo para nosotros, también para las truchas y en mayor medida para estas últimas. Siguiendo un tortuoso y siempre maltrecho camino arribamos a las siete y media en punto. El río se presentaba con mucha agua y algo turbio, lo que indicaba que había bajado una creciente importante en los últimos días. De todos modos, para fortuna nuestra, las condiciones permitían la pesca, que ya presentíamos algo difícil. Comenzamos los tres con pequeñas ninfas y líderes largos. Durante la primera hora de la jornada la única captura fue para Diego Cardeti. La cosa se presentaba realmente complicada. Sin embargo, a medida que transcurría la mañana, el agua se fue aclarando lo suficiente como para permitir que las truchas comenzaran a dejarse sentir con mayor frecuencia en el extremo de nuestras líneas. A modo de conclusión algo apresurada puedo decir que el río los Espinillos desborda de peces por todos lados. En cada corredera, en cada flat, a la salida o entrada de capa pozo, los piques se suceden unos a otros casi sin tregua. Cambiamos las moscas, una, dos, varias veces…hoy no parecen estar “muy selectivas”, es el pensamiento que por momentos me pasa por la cabeza sabiendo de la presión de pesca que soporta este cauce. Los portes capturados son en su mayoría medianos, de 25 a 30 centímetros. Hacia el mediodía pude capturar una hembrita que acusó unos 38. Pero más allá del tamaño de estas truchas, lo realmente asombroso es el estado de salud en el que se encuentran; es sencillamente asombroso ver una trucha de 30 centímetros cortar un tippet 4x. Verdaderamente estas truchas sí saben apreciar sus vidas, para deleite de todo pescador al fin y al cabo. Pero el asunto no termina aquí, las grandes “en serio” están, las ves, casi al alcance de la mano. El tema es hacerlas subir a tomar tu mosca…exasperante. Y nuevamente vuelvo a recordar aquella charla casi perdida entre las brumas del tiempo:…trabajamos para darle 10 años más de vida al río… Pues bien, luego de transcurrida una década, en la que los Espinillos, así como todo río del mundo, ha tenido sus altibajos, sin temor a equivocarme puedo decir que las expectativas para los próximos años son las mejores, aún cuando la inevitable “civilización” avanze inexorablemente. Llegado el mediodía nos encontramos con el último recodo del río antes de que su cauce comienze a trepar los altos farallones que conducen a sus nacientes: las Cumbres de Achala. Decidimos refrescarnos un poco ya que el sol casi literalmente nos incendiaba la ropa. Enrique De Goycoechea (el duende)
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Última actualización el Domingo, 13 de Febrero de 2011 22:57 |